miércoles, 23 de marzo de 2011

Sobre algunos artículos de "Art and Power, Europe under the Dictators 1930-45" (1995) Ades, Benton, Elliott, Whyte (eds.) London: Thames & Hudson



Revisando viejos archivos estaba cuando hallé estas notas sobre un libro que me fascinó leer, y sobre todo discutir en las sesiones de un seminario sobre historia del arte en la UNAM, coordinado por Rita Eder, en 2007. El seminario se enfocaba a diversos cambios urbanos significativos llevados a cabo en la década de los treinta del siglo pasado, proceso del que México no estuvo exento. Espero a alguien sea útil.


BERLIN, 1 MAY 1936, de Iain Boyd Whyte
Un ensayo sobre el uso de las artes visuales —y otros medios de comunicación— en la propaganda nazi durante la década de los 30, particularmente a partir del “May Day” y con énfasis en los preparativos para las Olimpiadas, los cuales incluyeron una remodelación de la Lustgarten, que enmascaraba el entorno urbano para centrar la atención en los eventos masivos.
El vínculo entre clasicismo e ideas de la pureza racial, por un lado, y de la unidad berlinesa, por otro, tiene su antecedente desde textos de arquitectura del siglo XIX, y esto fue cimiento de las remodelaciones en Berlín en 1936. En este contexto, la arquitectura monumental fue un reflejo de la voluntad nacionalsocialista por “construir”. El uso propagandístico de elementos artísticos tomó forma de kitsch. El rol de la mujer —por la posibilidad de intercambio sexual con hombres de otras razas— en la conservación de la pureza racial (y artística), así como la movilización juvenil, fueron otros puntales de acción de la política del partido en el poder.
El artículo también apunta las coincidencias del arte avant-garde con los regímenes totalitarios, aunque paradójicamente los dictadores suelen ser reacios a adoptar manifestaciones de este tipo, prefiriendo —como en el caso del tercer reich—manifestaciones de tipo kitsch. Asimismo, se relaciona el símbolo del cristal con el de la suástica, como ejemplos paradigmáticos de este fenómeno.
Para sustentarse, el autor cita las ideas de Adorno y Hermann Broch sobre el kitsch y su relación con la ideología nazi, además de citar a Walter Benjamín con respecto de la intervención política en el ámbito estético. Si agregamos los nacientes mass media y su función en el régimen totalitario, tenemos como resultado, justamente, el uso del “efecto” estético como un reemplazo del bien por lo espectacular.


PARIS 1937. ART AND THE POWER OF NATIONS, de Dawn Ades.
Una vision sobre las implicaciones de la Feria Internacional de París 1937, fundamentalmente acerca de los pabellones confrontados de los regimenes alemán y soviético, así como de las polémicas suscitadas por la organización de la feria, en la política francesa. Describe tanto las coincidencias de estilos, como las divergencias en intenciones políticas de los distintos regímenes, aparentemente “cortados con la misma tijera”, aunque con algunas diferencias importantes: por ejemplo, las figuras humanas del pabellón alemán parecían más dispuestas a la guerra que el pabellón soviético, aunque en éste también resaltaba la intención de competir por el espacio visual de la exposición.


SPAIN: CULTURE AT WAR, de Marko Daniel
Un artículo que versa sobre el pabellón español en la Feria de París, y cómo las obras expuestas reflejan el momento que vivía España bajo el régimen de la república, aunque ya en plena insurrección franquista, además de las implicaciones sobre la herencia artística, que tanto republicanos como insurrectos preconizaban con sendos intereses confrontados. A Franco lo apoyaban El Vaticano, Italia y Alemania, mientras que el gobierno republicano era el internacionalmente reconocido como legítimo y recibía apoyo visible de la Unión Soviética.
Lo anterior dio origen a que tanto una como otra fracción utilizaban el recurso de poner el conflicto en términos de destrucción —protección del patrimonio cultural y ambos también en términos de defensa nacionalista contra la intervención extranjera—, denunciando a los estados que apoyaran a una u otra fracción como interventores de la soberanía del estado español. También por ello es que el pabellón de España fuera fundamentalmente propagandista, descrito como un poco ostentoso y un elegante ejercicio de arquitectura racionalista.
Como suceso destacado del pabellón español hay que mencionar, sin duda, la presentación del Guernica, obra maestra, antibélica de Picasso.


THE GERMAN PAVILLION de Karen A. Fiss.
Mostrar el “espíritu nacional” mediante el pabellón alemán fue una preocupación central del régimen nazi, como un factor de propaganda para mostrar a un país comprometido con la paz mundial y por una nueva y sana economía, así como el amor al trabajo del pueblo alemán; pero el pabellón tenía una segunda intención, que resultaba paradójica, a saber, fungir como un “embajador” del régimen para persuadir a otros estados de incrementar relaciones comerciales con Alemania. La paradoja reside en que los ideólogos nazis denigraban el comercio internacional y, más importante aún, pese a que el gobierno nazi se había declarado autosuficiente, las demandas económicas y militares de Alemania requerían de cambio de divisas y de materia prima extranjera para ser llevadas a cabo.
Ante la crítica de mera reproducción que se le hacía a la arquitectura clasicista del pabellón, los críticos al servicio del régimen nazi respondían que en todo caso se trataba de una similitud de culturas expresado en la voluntad de construir y el amor al trabajo, ya mencionado, del pueblo alemán.
Finalmente, resulta curioso que, a diferencia de la presencia panteísta del führer, las representaciones de Hitler fueron excluidas de la programación artística, a causa quizá de las paradojas señaladas.


CONTEMPORARY VOICES, de Amédée Ozenfant
El texto trata sobre la perspectiva de un turista en la Feria Internacional de París, del que destaca la noción de que la innovación había sido relegada por la toma de posición, es decir, por la política y la ideología, sobre todo a partir de los pabellones germano y soviético. Asimismo, reflexiona sobre el papel de Francia como organizador y expositor, así como sobre el pabellón español.
THE GREAT ILLUSION de Igor A. Kazus.
En 1933, según el autor, Stalin se siente en la cumbre de su poder, lo cual le posibilita medidas tendientes a crear la percepción de un súper imperio, ante la incapacidad de brindar un nivel de vida adecuado para todos sus ciudadanos. Tenía que crear una ilusión de actividad para demostrar la cabal victoria del socialismo. Acorde con esto, los artistas fueron presionados para adoptar como norma estética el Realismo socialista y coadyuvar a que la construcción y el arte crearan un espectáculo de masas.
A los arquitectos, en particular, se les encargó crear trabajos no inferiores a los de Grecia, Roma y el Renacimiento italiano; para ello, el autor ejemplifica con el Palacio de los Sóviets, la calle Gorki y el metro de Moscú.


THE END OF THE AVANT-GARDE de David Elliott.
Un artículo que reseña los ataques contra los artistas modernistas frente a los requerimientos políticos del régimen estalinista. Artistas como Malevich, Mayakovsky, Filonov o Rodchenko, entre otros, fueron criticados, perseguidos, exiliados, muertos o forzados al suicidio.


PHOTO-POWER de Brandon Taylor
El texto señala los cambios técnicos que tuvieron lugar en la Unión Soviética desde tiempos de Lenin, tanto en la pintura, como en la pintura y la cinematografía, pero principalmente en la creación de iconos a partir de imágenes montadas, sin dejar de indagar en el trasfondo político y en los antecedentes iconográficos.


NATIONAL SOCIALISM AND MODERNISM  de Iain Boyd Whyte.
El artículo indaga alrededor de la pregunta “¿Era la Berlín nazi en los años 30 una ciudad modernista?”. Para ello, el autor revisa la relación de Hitler con Berlín, así como los planes de reconstrucción que tendrían lugar desde antes de la guerra, durante y después, tras la eventual victoria del reich. Para ello se realizaron concursos arquitectónicos, en los cuales la ideología tenía un peso fundamental.
El proyecto elegido se sustentaba en anillos concéntricos y dos grandes ejes, bastaba una mirada para darse cuenta que estaba hecho más para los espectáculos masivos que para solucionar problemas de tráfico.
La infraestructura creada para los Juegos Olímpicos de 1936 reflejaba la ideología nacionalsocialista, al punto de que los soldados muertos serían simbólicamente vengados por los triunfos deportivos.
Asimismo, particulariza estos rasgos de esa era en el autobahn, carretera periférica monumental que sirvió como pocas obras a la propaganda del poder nazi.


A LIFE-AND-DEATH STRUGGLE de David Elliott.
Interesante ensayo acerca de las disputas ideológico-artísticas en el seno del partido nazi, así como sus repercusiones en la actividad artística y política, tales como el establecimiento de normas para la creación o las purgas en las diferentes instancias empleadoras de artistas. Asimismo, describe el proceso por el que las obras modernistas y avant-garde fueron consideradas espurias por los nazis.


FROM BERLIN TO ‘GERMANIA’ de Wolfgang Schäche.
Un recuento sobre el proceso de remodelación de Berlín, que culminaría con el solemne renombramiento de la metrópolis como “Germania”, trabajo encargado por Hitler a Albert Speer. Estos planes estaban indisolublemente ligados al desarrollo de la guerra, de cuyas conquistas se financiarían los proyectos; el proyecto, como se ha señalado, tenía relación muy estrecha con la ideología hegemónica del estado alemán, dando un énfasis, que era un homenaje, a los soldados alemanes del pasado, pero con vistas al futuro imperial.


‘DEGENERATE’ AND ‘AUTHENTIC’ de Berthold Hinz.
Espléndido artículo sobre el origen de la clasificación que desembocó en las exposiciones simultáneas y contrapuestas para descalificar las expresiones de arte moderno y ensalzar el clasicismo por el que el reich propugnaba, y que conducía al formalismo vacío y masivo del Kitsch.
Para el arte “degenerado” se equiparaban imágenes de personas deformes con las creaciones de estos artistas, y a partir de ahí se identificaban estas tendencias con los judíos. Por su parte, el clasicismo se centraba en la figura humana, para demostrar las bondades idealizadas de la raza aria.


TECTONIC SCULPTURE  de Bernd Nicolai
Donde se recrea la tendencia escultórica de los nazis, tomando como antecedente la discusión entre escultura tectónica y arquitectónica, que en el fondo es un debate sobre la autonomía o la función social del arte. Para Hitler, era una prioridad la escultura arquitectónica, y ejemplo de ello es el pabellón alemán de la Feria de París y la infraestructura para las Olimpiadas.
Como ya se señaló, los rasgos antropomorfos de la escultura nazi tendrían como fin mostrar rasgos nórdicos como arquetipo de superioridad racial.







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