lunes, 27 de junio de 2011

Poemas de Mario Martínez Sobrino



De el poemario Helechos (La Habana, Ediciones Unión, 2001), que hoy mismo encontré por cinco pesos en los corredores de una Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, nublada, semivacía. Frutos del deporte de hurgar entre libros viejos. Transcribo, pues, fragmentos de una poesía que en la confrontación del poeta maduro con el paisaje multánime tiene su hilo conductor y en donde el epígrafe de Dylan Thomas es un guiño evidente.

1
A veces
A veces nos callábamos
Porque la palabra es una recompensa del silencio
O como brisa
Por causa de una ligera blusa en la humedad
De que es dueña la noche
Cuando discute sin cesar por suds misterios
Así al silencio nombramos
Igual que una ligera blusa
Húmeda
Con palabras del instante que perseguimos
Con palabras
Mendigos de la sucesión
Mientras la noche en interminable pascua
A mirarnos no desciende


Podríamos volver a hablar de un paisaje
Pero la noche y hasta los días lo han cambiado
Absolutamente por decir
—Escena de algún acto
     Padre mío
     Tantas palabras que pudiste escoger
     Callado—
     Se desarma la vida


A veces
A veces también nos callábamos
Porque el silencio es una recompensa de las palabras


2
Apuntes
Tachaduras
Llaves flechas rayas
Huellas que quieren ser frases
Un fragmento subrayado
El mapa de un escándalo
Enredo que aspiras a palidecer la mentira
Antes de morir las imágenes dan gritos


     Alga de blanco o de gris
     Filigranas de un momento
     Rojo será sobre la marina de las anotaciones
     Esas algas de pájaros
     Nada saben


Las palabras no son música y se enfurecen
En desconcierto ante el universo que las obliga
A no ser palabras
Sino titanes de recuerdos soportando impresiones
Tolerando también
Divertimentos y las burlas de la belleza
En la armonía de la desaparición


Los sentidos son así


3
Primavera
Igual que tú
Sería todo lo que a ti aspira
Si nuestras bocas pudieran acompañar
Ese bárbaro coro de purezas —


Primavera
Cargada de diplomas de traiciones—
Algo ha fallado
En milenios de asalto y geometría
Apuntes
Tachaduras
Llaves flechas rayas
Un fragmento extemporáneo
Coro de suplicantes entre hojas calcinadas


Cárcel de la luz para insensibles condenas



    

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