lunes, 22 de febrero de 2010

Otro de eclipses



¿Por qué el autor de este libelo se clava en la textura con ese fenómeno astronómico? No nos es dado revelarlo, pero tenemos constancia de que está escribiendo al respecto y que algún día se aclarará tal no misterio. Venga.


He espiado un eclipse cuando se orinaba
Mentí ante el parlamento para no salvarme
Hube visto azul, tan pronto fulgiera
El ven que esperaba, el renuncia calmo

No es fácil hablar de zapatos rotos
Lejos de los polvos alas en diorama
Engraparse versos entre lengua y valva
Cernir alabanzas y dormir en parques

El rastro olvidado por furor, por cábula,
pasado cazando el día de decir esto

Le miré tentándose, mor del manifiesto
De jariosos pathos. De epochés verracas.

Quiso decir:
No dejes que los macizos perezcamos
A cambio de dos rupias bendecimos tu casa
Ignora nuestra lucha a cabezazos contra los portones
Pasa de puntas nariz por Nuestros altares
Evita en lo posible nuestros trenos de gato
Deja en su puro error el plural del árbol solo
Que el espacio sea muslo, mano, licra y nervio.

Que mueras de viejo más joven que un barranco
Salva sea tu estirpe, inmune a las plagas
Gloriosa ceguera de dos paladares
Que nunca te alcance lo que te rodea

RSR (D.R.)


Foto: Mía. Celular, ventana y tarde lluviosa.




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