Arañándose amanecen
cuerpos en niebla
Un aliento hielo de maizal en quinto sueño
ladran, ladran
caer de abajo a arriba a este bosque de enemigos
que se hallaron de irse huyendo
y en la nueva lasitud lavan la carne
donde habrán de sonreír los escalpelos
cita de péndulos
labioveneno
chocan los nombres
Sus vibrantes a la cumbre de un silbido
donde voces, sol y limo hablan de guerra
Se abren los ojos como iglesias profanadas
por glebas con teas y demandas...
por glebas con teas y demandas...
¡Mostrar los dientes
hinchar plumajes!
¡Qué hierba el viento,
que el viento hierva,
que nos embriague!
RSR (D.R.)
* * *
Nota final: Esta serie de poemas fue ligeramente modificada de su publicación original. Además de compartir lo que llamo sin pudor mi obra, intenté releerme con años de distancia. Me reservo el detalle sobre aquello que reconozco y lo que siento ajeno. Los entiendo como textos inconclusos, pese a todo, en espera de versión definitiva.
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