martes, 31 de marzo de 2009

Vade retro…





Hoy hago votos por sentir cerca a quienes quiero y saber lejos a quienes nos ha unido el daño y la estulticia. Que los muertos se coman a sus vivos.




Algo queda del astro nervioso en el charco


impregnado, a mitad de un río de piedra,


suerte de sequía inversa y umbilical


a media laguna


Algo más lentamente se queda: el eco de lluvia


sus cajas de música


hermano del plop en menores que arrebata el sueño


a las tomas secas




Miramos –¿recuerdas?– un resol atrapado en las nubes


oculares de ese espejo en desgracia, y sí, nos cegamos,


no de la forma láctea ni de la carbónica,


sino en el embrujo de mirar baóbabs en lugar de postes


y perder la cuenta de nuestras palabras,


y escucharlas arpas, acordes fabriles de oleaje


en la noche, innúmeras lenguas de sal,


dos cuerpos transidos de un sonambulismo


leal a lo inmóvil, un ligero tremor para apenas


palpar la ausencia caliente del que junto sueña,


y allanar las campanas batiendo en las venas,


en la áspera patria del pulso,


que se sabe preso y se agita,


emborrona y reescribe en los muros de siempre:


(¿Ya sabes ahora lo que siento a diario?)


"Gorriones y esfinges"




Después, las cuadrillas afuera que lavan las miasmas


de los ríos de piedra, cuando los lagrimales son minas


de muertos de sed, que encuentran fulgores dorados


cuando buscan agua,


y de ella ni veta,


rumor, eco ni música.


D.R (RSR)

1 comentario:

  1. Tío... júnteme un librito con puros destos y lo hacemos más famoso que Matías Vuoso

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