jueves, 24 de marzo de 2011

Collage 6





*
El jazz es mi canoa de entrecerrada laguna en que me abduzco. Soy un flanneur de escritorio, un zombi que se inyecta criogenia, una palabra esculpida en médanos. Tramonto distancias de yo en yo cabalgando a ojos cerrados, herrados, errados, en levíticos exilios cautivo. No te seduzca otra liturgia que la del matorral a la intemperie. 

Volcarse en caí­da libre a los murmullos, peces artillados. Errar por anonimatos como albaicines. Grutas de mar, pensil memoria. 

Entre bardas de mis adentros,
echo cal a algo muerto
que desafina al invierno.

El primer silencio
es el que raspa la garganta. 

Como un río seco esta medianoche, el horizonte ignorado se suicida ventanas dentro sin decir nada. Lápices sus ojos, de áspides la voz. La sal del mar es coz de luna. Canoso maguey floreando y golondrinas bien gracias.

Así­, a pedazos, lentamente al principio y como cascada hacia el final, me va deshuesando el tiempo, como si la muerte fuera boa. Transijo con mi piel muerta y su interminable legajo de últimas voluntades.

El poema que te violenta nos hace hembras a todos y aullamos.

A mitad de la ira el viento sopla "sigue" y pone el índice en los labios.

Enhebro lo escuchado en lo visto transparente. Mi pastizal quemado pide semilla nueva.


*
Yo también he rozado del habla: por cada bajar la guardia a un golpe de la victoria se endiabla una sonrisa. Mi sonambulismo es el gato que vuelve al amanecer con aves muertas. Mis carcajadas son de cactus y sangran. Pregúntame cómo.

El dolor es un juego de grietas que esperan por gracia de azar ser aquella que abra primero el torrente. Arqueología de lo que seremos: un andén sola y mi olmo, hambre de peras, a la espera del tren antepenúltimo, el espejo devorado, jugueteando con nociones y comisuras, como si las sangre nos asolara unísona en juegos de inercias y ojos nublados.

(Me siento la niña que se sabe sola en el teatro, se para en el proscenio como ante un espejo sabio y ciego y escupe tinieblas a los ausentes.)

La atmósfera es el frasco en que me he de ahogar, caballo del diablo. Nuestras cumbres más altas por ví­a subterránea, en aquella fiebre que invadió mis pasos, hielo tu voz, halo a la brecha.
Malhada de ardores las dobles intenciones, a conjuros táctiles de sal en sal: hoces y halos, haz de otros soles, nos seas a besos perdición.

Todo este precipicio pudo haber sido nuestro.


D.R. (RSR)



Nota: El texto pertenece a esta serie: http://semiofagia.blogspot.com/search?q=collage, que son poemas en prosa hechos con mis propios tweets.

Imagen: Ángel Zárraga, La bailarina desnuda (1907-1909), óleo sobre tela, 151 x 150 cm. 




miércoles, 23 de marzo de 2011

Sobre algunos artículos de "Art and Power, Europe under the Dictators 1930-45" (1995) Ades, Benton, Elliott, Whyte (eds.) London: Thames & Hudson



Revisando viejos archivos estaba cuando hallé estas notas sobre un libro que me fascinó leer, y sobre todo discutir en las sesiones de un seminario sobre historia del arte en la UNAM, coordinado por Rita Eder, en 2007. El seminario se enfocaba a diversos cambios urbanos significativos llevados a cabo en la década de los treinta del siglo pasado, proceso del que México no estuvo exento. Espero a alguien sea útil.


BERLIN, 1 MAY 1936, de Iain Boyd Whyte
Un ensayo sobre el uso de las artes visuales —y otros medios de comunicación— en la propaganda nazi durante la década de los 30, particularmente a partir del “May Day” y con énfasis en los preparativos para las Olimpiadas, los cuales incluyeron una remodelación de la Lustgarten, que enmascaraba el entorno urbano para centrar la atención en los eventos masivos.
El vínculo entre clasicismo e ideas de la pureza racial, por un lado, y de la unidad berlinesa, por otro, tiene su antecedente desde textos de arquitectura del siglo XIX, y esto fue cimiento de las remodelaciones en Berlín en 1936. En este contexto, la arquitectura monumental fue un reflejo de la voluntad nacionalsocialista por “construir”. El uso propagandístico de elementos artísticos tomó forma de kitsch. El rol de la mujer —por la posibilidad de intercambio sexual con hombres de otras razas— en la conservación de la pureza racial (y artística), así como la movilización juvenil, fueron otros puntales de acción de la política del partido en el poder.
El artículo también apunta las coincidencias del arte avant-garde con los regímenes totalitarios, aunque paradójicamente los dictadores suelen ser reacios a adoptar manifestaciones de este tipo, prefiriendo —como en el caso del tercer reich—manifestaciones de tipo kitsch. Asimismo, se relaciona el símbolo del cristal con el de la suástica, como ejemplos paradigmáticos de este fenómeno.
Para sustentarse, el autor cita las ideas de Adorno y Hermann Broch sobre el kitsch y su relación con la ideología nazi, además de citar a Walter Benjamín con respecto de la intervención política en el ámbito estético. Si agregamos los nacientes mass media y su función en el régimen totalitario, tenemos como resultado, justamente, el uso del “efecto” estético como un reemplazo del bien por lo espectacular.


PARIS 1937. ART AND THE POWER OF NATIONS, de Dawn Ades.
Una vision sobre las implicaciones de la Feria Internacional de París 1937, fundamentalmente acerca de los pabellones confrontados de los regimenes alemán y soviético, así como de las polémicas suscitadas por la organización de la feria, en la política francesa. Describe tanto las coincidencias de estilos, como las divergencias en intenciones políticas de los distintos regímenes, aparentemente “cortados con la misma tijera”, aunque con algunas diferencias importantes: por ejemplo, las figuras humanas del pabellón alemán parecían más dispuestas a la guerra que el pabellón soviético, aunque en éste también resaltaba la intención de competir por el espacio visual de la exposición.


SPAIN: CULTURE AT WAR, de Marko Daniel
Un artículo que versa sobre el pabellón español en la Feria de París, y cómo las obras expuestas reflejan el momento que vivía España bajo el régimen de la república, aunque ya en plena insurrección franquista, además de las implicaciones sobre la herencia artística, que tanto republicanos como insurrectos preconizaban con sendos intereses confrontados. A Franco lo apoyaban El Vaticano, Italia y Alemania, mientras que el gobierno republicano era el internacionalmente reconocido como legítimo y recibía apoyo visible de la Unión Soviética.
Lo anterior dio origen a que tanto una como otra fracción utilizaban el recurso de poner el conflicto en términos de destrucción —protección del patrimonio cultural y ambos también en términos de defensa nacionalista contra la intervención extranjera—, denunciando a los estados que apoyaran a una u otra fracción como interventores de la soberanía del estado español. También por ello es que el pabellón de España fuera fundamentalmente propagandista, descrito como un poco ostentoso y un elegante ejercicio de arquitectura racionalista.
Como suceso destacado del pabellón español hay que mencionar, sin duda, la presentación del Guernica, obra maestra, antibélica de Picasso.


THE GERMAN PAVILLION de Karen A. Fiss.
Mostrar el “espíritu nacional” mediante el pabellón alemán fue una preocupación central del régimen nazi, como un factor de propaganda para mostrar a un país comprometido con la paz mundial y por una nueva y sana economía, así como el amor al trabajo del pueblo alemán; pero el pabellón tenía una segunda intención, que resultaba paradójica, a saber, fungir como un “embajador” del régimen para persuadir a otros estados de incrementar relaciones comerciales con Alemania. La paradoja reside en que los ideólogos nazis denigraban el comercio internacional y, más importante aún, pese a que el gobierno nazi se había declarado autosuficiente, las demandas económicas y militares de Alemania requerían de cambio de divisas y de materia prima extranjera para ser llevadas a cabo.
Ante la crítica de mera reproducción que se le hacía a la arquitectura clasicista del pabellón, los críticos al servicio del régimen nazi respondían que en todo caso se trataba de una similitud de culturas expresado en la voluntad de construir y el amor al trabajo, ya mencionado, del pueblo alemán.
Finalmente, resulta curioso que, a diferencia de la presencia panteísta del führer, las representaciones de Hitler fueron excluidas de la programación artística, a causa quizá de las paradojas señaladas.


CONTEMPORARY VOICES, de Amédée Ozenfant
El texto trata sobre la perspectiva de un turista en la Feria Internacional de París, del que destaca la noción de que la innovación había sido relegada por la toma de posición, es decir, por la política y la ideología, sobre todo a partir de los pabellones germano y soviético. Asimismo, reflexiona sobre el papel de Francia como organizador y expositor, así como sobre el pabellón español.
THE GREAT ILLUSION de Igor A. Kazus.
En 1933, según el autor, Stalin se siente en la cumbre de su poder, lo cual le posibilita medidas tendientes a crear la percepción de un súper imperio, ante la incapacidad de brindar un nivel de vida adecuado para todos sus ciudadanos. Tenía que crear una ilusión de actividad para demostrar la cabal victoria del socialismo. Acorde con esto, los artistas fueron presionados para adoptar como norma estética el Realismo socialista y coadyuvar a que la construcción y el arte crearan un espectáculo de masas.
A los arquitectos, en particular, se les encargó crear trabajos no inferiores a los de Grecia, Roma y el Renacimiento italiano; para ello, el autor ejemplifica con el Palacio de los Sóviets, la calle Gorki y el metro de Moscú.


THE END OF THE AVANT-GARDE de David Elliott.
Un artículo que reseña los ataques contra los artistas modernistas frente a los requerimientos políticos del régimen estalinista. Artistas como Malevich, Mayakovsky, Filonov o Rodchenko, entre otros, fueron criticados, perseguidos, exiliados, muertos o forzados al suicidio.


PHOTO-POWER de Brandon Taylor
El texto señala los cambios técnicos que tuvieron lugar en la Unión Soviética desde tiempos de Lenin, tanto en la pintura, como en la pintura y la cinematografía, pero principalmente en la creación de iconos a partir de imágenes montadas, sin dejar de indagar en el trasfondo político y en los antecedentes iconográficos.


NATIONAL SOCIALISM AND MODERNISM  de Iain Boyd Whyte.
El artículo indaga alrededor de la pregunta “¿Era la Berlín nazi en los años 30 una ciudad modernista?”. Para ello, el autor revisa la relación de Hitler con Berlín, así como los planes de reconstrucción que tendrían lugar desde antes de la guerra, durante y después, tras la eventual victoria del reich. Para ello se realizaron concursos arquitectónicos, en los cuales la ideología tenía un peso fundamental.
El proyecto elegido se sustentaba en anillos concéntricos y dos grandes ejes, bastaba una mirada para darse cuenta que estaba hecho más para los espectáculos masivos que para solucionar problemas de tráfico.
La infraestructura creada para los Juegos Olímpicos de 1936 reflejaba la ideología nacionalsocialista, al punto de que los soldados muertos serían simbólicamente vengados por los triunfos deportivos.
Asimismo, particulariza estos rasgos de esa era en el autobahn, carretera periférica monumental que sirvió como pocas obras a la propaganda del poder nazi.


A LIFE-AND-DEATH STRUGGLE de David Elliott.
Interesante ensayo acerca de las disputas ideológico-artísticas en el seno del partido nazi, así como sus repercusiones en la actividad artística y política, tales como el establecimiento de normas para la creación o las purgas en las diferentes instancias empleadoras de artistas. Asimismo, describe el proceso por el que las obras modernistas y avant-garde fueron consideradas espurias por los nazis.


FROM BERLIN TO ‘GERMANIA’ de Wolfgang Schäche.
Un recuento sobre el proceso de remodelación de Berlín, que culminaría con el solemne renombramiento de la metrópolis como “Germania”, trabajo encargado por Hitler a Albert Speer. Estos planes estaban indisolublemente ligados al desarrollo de la guerra, de cuyas conquistas se financiarían los proyectos; el proyecto, como se ha señalado, tenía relación muy estrecha con la ideología hegemónica del estado alemán, dando un énfasis, que era un homenaje, a los soldados alemanes del pasado, pero con vistas al futuro imperial.


‘DEGENERATE’ AND ‘AUTHENTIC’ de Berthold Hinz.
Espléndido artículo sobre el origen de la clasificación que desembocó en las exposiciones simultáneas y contrapuestas para descalificar las expresiones de arte moderno y ensalzar el clasicismo por el que el reich propugnaba, y que conducía al formalismo vacío y masivo del Kitsch.
Para el arte “degenerado” se equiparaban imágenes de personas deformes con las creaciones de estos artistas, y a partir de ahí se identificaban estas tendencias con los judíos. Por su parte, el clasicismo se centraba en la figura humana, para demostrar las bondades idealizadas de la raza aria.


TECTONIC SCULPTURE  de Bernd Nicolai
Donde se recrea la tendencia escultórica de los nazis, tomando como antecedente la discusión entre escultura tectónica y arquitectónica, que en el fondo es un debate sobre la autonomía o la función social del arte. Para Hitler, era una prioridad la escultura arquitectónica, y ejemplo de ello es el pabellón alemán de la Feria de París y la infraestructura para las Olimpiadas.
Como ya se señaló, los rasgos antropomorfos de la escultura nazi tendrían como fin mostrar rasgos nórdicos como arquetipo de superioridad racial.







Sueño que anidó un olvido



"Levántate cabrón", fue la orden que dio el general. Habría abierto las patitas al marchar, pero sintió qué no las tenía. Estaba oscuro, pre-eyaculación de amanecer: no, no piernas todavía.

Cuando soltó el chaneque en voz verdosa, le vino a la memoria la certeza de que gritos como ese lo circundaron toda la noche, dentro y fuera de lo amniótico. Se equivocó al suponer en una descarga de pánico que nadie lo escucharía, pues un temblor se reavivó en la nada de sus extremidades y reaccionó empujando al temblante, más enclenque que Elpidio, más que los brazos unos grados menos trémulos. 

Mientras luchaba por deshacerse del lastre, una vaharada dolorosa emergió de su carne liberada y esa muestra de que su sangre llenaba el hueco —retrospectivamente, días después, le aterró tanto como la falsa amputación el blanco que al respecto hizo su mente, hasta antes de saberse entero—, tras conseguir un nuevo cuerpo dormido al cual parasitar su sopor. Cantó el gallo. 

¡Un gallo!

—Estoy en problemas, se diagnosticó.


Imagen: Sarah Fuller. Tomada de este blog.





lunes, 21 de marzo de 2011

Poema de David Huerta


Este poema en tres fragmentos, lo tomo del libro Versión (México, FCE, 1978), cuarto poemario de este autor nacido en la Ciudad de México tan ampliamente reconocido, que es anterior a su desbordante Incurable. En un autor cuya formación poética comenzó intensamente en casa, como es Huerta, las reflexiones metapoéticas resultan significativas; es un libro en que ya pespunta la madurez de un autor que confronta en numerosos poemas su experiencia personal contra la de sus grandes influencias, asumiendo distanciamientos y filiaciones (no mutuamente excluyentes), descubriendo con ello plenitudes de la propia voz, sumada a las voces de su tiempo.



Índex


1
Cada tema entra alguna vez en el claroscuro de la palabra que lo convoca,
la cosa, la mera cosa rala y directa, cede a la ola del lenguaje,
la frase recortada termina en el agua de la página como un pedazo
   de madera para el naufragio tenaz, deseoso, escéptico, niebla
   de filo en llamas,
del escritor: a este mar has llegado, hijo del hombre,
pedazo agitado de la neutra realidad, encendida pobreza con sólo
   oscuras manos para meterlas en esto, hirviente y desolado,
con ojos vagos para el enorme trazo que todo te daría,
con la boca meticulosamente puesta en el silencio de escribir,
   mientras afuera tiembla el verano con pesados reflejos.


2
Y es cierto: cada tema entra en el orden longilíneo de estos signos,
   en el espacio de los sentidos posibles
en el área donde alguien supone que todo se entenderá,
dispuesto así, en renglones inequívocos y sumisos al diccionario, a la biblioteca, a la tradición,
todo el aire sucio y la saliva colocados cuidadosamente afuera,
expulsado el verano con su pegajoso sudor de tiempo, con sus
   arenas confusas --y no hay otra manera de decirlo.
Escribir sería o es una forma de la pobreza, una porquería disculpable
--pero ¿hay que pedir perdón por algo?--;
Artaud tenía razón, siempre es mejor abrazarse a uno mismo y roer
   estos huesos en un rincón aparte, no molestar a los demás,
   inocentes y esquivos,
no perseguirlos con estas cuartillas que arderían tan bien durante el
   invierno, en los suburbios.


3
"Escribir" deposita la realidad contra el azul o el blanco,
finge correr bajo el agua del tiempo, toca las manos con un ardor continuo
y pone un alfiler de sombra en los ojos, bajo la noche que no cesa.
Algún fantasma viene por corredores, con sangre de la luz en la
   línea de su desplazamiento,
llega a "escribir" como al país de dicha y pesadumbre
donde niños cambiantes abren los ojos con un color de exilio en la mirada.
"Escribir! puede ser un placer prohibido, una amenaza clara;
pero también, algunas veces, entra en los ministerios sobre la nube
   de la sintaxis,
calma la asidua vigilia del hombre contemplativo que mira el mar,
acompaña la siesta o la imaginación de la señora sola,
esfuma el ansia o la posterga, viene a ser una suerte de filatelia o de
   entomología.
"Escribir" es un contrasentido "en la noche de los tiempo que corren".
"Escribir" es a veces meter un poco las narices en la quebradiza imagen
de un lugar donde vivir puede valer la pena.


Imagen: Portada de Era-Conaculta, del mismo título.



sábado, 19 de marzo de 2011

Del fin del invierno



Sin brusquedad ni aviso, el eco remedado se demuda
por días, lustros tras la fractura a noches como esta
de instantes insurrectos por ir en fila, uniformados:


cadenas de haces, lívidos fractales,
vuelan en enjambre hacia la arteria más propicia,
le arrancarán del tiempo sus adentros,
mientras dure su fiebre fugitiva.


Su estela
esas arenas
que levitan sin cantar su nombre o parpadeo
sobre un reloj aún tibio de haber sido
ajusticiado tras conocer el mar.


D.R. (RSR)


Foto: Xochimilco, México, marzo 2011. 





jueves, 17 de marzo de 2011

Poemas de Ricardo Castillo



Investigar sobre una época, una corriente, una serie de autores, me resulta semejante a andar una aldea que por breve no es menos azaroso el conocerla, pues a cada nueva lectura se encuentran rincones ignotos donde a primera vista parecía un baldío, y donde vimos al principio un jardín edénico, tras completar otro rondín sólo es un páramo de carcajadas. Aun tras incontables recorridos por la aldea, los nombres, las voces, los lugares y las impresiones van conformando una idea general, aunque siempre hay riesgo de inconclusión, de parcialidad o de dogmatismo.

Es en estos andares que leo ahora estos poemarios de juventud de Ricardo Castillo, (El pobrecito señor x. La oruga. México: FCE, 1980), en los que ya se vislumbra una voz y un tono que caracterizaron la poesía de las décadas setenta y ochenta del siglo pasado en México, y que halla en Castillo --Guadalajara, 1954-- a uno de sus exponentes ejemplares; características de ello son el habla coloquial y la mirada puesta en la sociedad de que provinieron.


De El pobrecito señor X:

Reflexiones a partir de la desmesurada longitud de los pies
Provengo de una familia
en la cual todos tenemos los pies grandes.
Mis pies miden treinta centímetros
y los de mi hermano el mayor treinta y dos.

Toda mi familia mide un kilómetro.

Mi abuelo tenía mirada de vaca.
Es más, de haber sido vaca mi abuelo,
la leche conservaría su antiguo precio.
Así de noble y de sencillo era mi abuelo.

En mi familia
todos tomamos las cosas con calma:
"Papá y mamá ya murieron"
"Mis calcetines están rotos"
"Me he tragado una mosca"
"Todo está más caro"
"Ya nos vamos a morir"

Creo que sería bueno ser menos educados
y armar un grandioso escándalo.

Testiculario
Hoy podría decir que me duele el corazón de tristeza.
Pero sería falso
y prefiero no involucrar al corazón en falsedades.
La verdad es que sí estoy triste.
Marchito como un nomeolvides
guardado entre las páginas de un libro de edición del 54.
La verdad es que tengo un dolor de aguja en cada pupila,
que la tristeza no me duele en el corazón
sino en los testículos.
No me apena confesar que es allí donde radica mi alma.


De La oruga

I
(...)
VI
Hasta que estás con ellos
trabajando con la quinta parte de ti mismo
acostumbrándote al tamaño del cubículo
sin saber a cuánto nos toca de aire libre
porque el techo capotea las entradas y salidas de este taller
Sentándote en sillas y sillones
con la campechana prohibición
de no deambular fuera de sus lugares
cada quien con su tizne en la cara
cada cajón oscuro con su locura
y te das cuenta de que algunos ya están acostumbrados
que de entre sus símbolos más temen al día feriado
por el azar de tener tiempo para ver la vida cara a cara
Te das cuenta de que algunos se aferran
y se arrancan diariamente los ojos
con el alambre de púas que limita sus parcelitas de tranquilidad.


VII
Ya después no sabes para dónde voltear
por cuál ventana desgastar tu horizonte en pólvora para soporíferos limbos
mientras son arrancadas las hojas del calendario
que año con año regala la carnicería
y poco a poco el ritmo va quedando en mueca
que no habla como cicatriz     que no se mueve
Cada vez más la sombra de ti mismo
"No me hablen de lo que un día creí posible
ahora ya ven cansado y aturdido de esa soledad
dinamitada por la rigidez del hombre"



Imagen: La leyenda de los volcanes... de Jesús Helguera. 




viernes, 11 de marzo de 2011

Minipoemas de Francisco Hernández


Un espléndido poemario del nacido en San Andrés Tuxtla, Veracruz, en 1946, donde se conjuntan el sentido del humor con la delicadeza, el aliento largo de verso libre y la punzada del cuento o la viñeta en unos cuantos versos, es este, Cuerpo disperso (México, UNAM, 1982). Como ha sido costumbre, privilegio para reseña los poemas de menor extensión, abundantes en este libro, y algunos de ellos notables.


*
por sus innumerables crímenes
el agua morirá ahogada
el fuego acabará en la hoguera
el aire expirará en la cámara de gases
y la tierra será enterrada viva
sin nadie que le arroje
un último puñado de sí misma


*
a punto de iniciar
la traducción
le sacaron los ojos
las palabras


*
en espera del rayo
que los quite del mundo
dos niños de granizo
se drogan
sobre las rodillas
de un eucalipto


*
atravesada
por un alfiler
en tu vientre aletea
una mariposa negra


*
jaula vacía
canto enjaulado


en la jaula vacía canta el silencio


su sombra
el canto mudo
del canario


Fade out
Cuando era niño
yo quería ser
un poeta maldito
¿tú a qué jugabas?


Alto contraste
1
de tus axilas brotan poemas ciegos
como murciélagos de una cueva
en el fondo del mar


2
bastará con mirarte
para que tus pechos se agiganten
y de ellos desciendan
los elefantes de Aníbal
para pisotearme


Fade in
Lo de menos era empezar
con un autorretrato.
Pero, francamente, no tengo cara
para hacerlo.


Símil
de una calabaza negra
sale el insomnio:


es la parte nocturna
de la soledad


*
poseerte en lo más enrojecido
del amanecer
es como soñar con un crimen
y despertar
con un cuerpo cercenado
en las manos




Imagen: Book Works de Robert The, tomada de esta página.





viernes, 4 de marzo de 2011

Poemas de José Carlos Becerra



Dos asuntos me llevan a antologar a un poeta ampliamente comentado, como el tabasqueño Becerra: la relectura y el poema como acontecimiento. Hace algunas semanas, dudaba qué llevarme para leer en un viaje corto, con escasos espacios de lectura, lo que me hizo decantarme por un poeta. Tomé la decisión en un impulso, pero influyó el presentimiento de, tras años de haberlo leído, ahora sería una distinta experiencia, más en condiciones significativas. Así fue, y no sólo para mí, sino para con quienes compartí su lectura, momentos en que la palabra no fue sólo pronunciada, sino que aconteció. El escucharlo nos hizo oír el rumor de palabras antiguas, siempre a ras de olvido.

Es por ello que el primer gusto no siempre es digno de confianza: aunque el texto sea el mismo, el lector cambia, el momento sea propicio, y es así --en el fenómeno de la lectura-- como una obra literaria se modifica sin alterarle ni una tilde.


Búho sobre el delirio
(...)
III
Oír que la materia deletrea su peso,
escuchar el ronroneo que hace contra sí mismo el silencio,
ver cómo cae el cuerpo atrapado por el impulso de sus límites, rompiendo de pronto ese dique que la oscuridad usó antes solamente para sí misma.


Ver de pronto ese peso, esa inmovilidad pasando velozmente,
oscureciendo con su sombra velocísima
esa parte de nosotros donde la contemplamos con armas más frágiles que el dolor,
y su caparazón apetecedora de peso muerto.


IV
De pronto se ensordece, cuando el silencio o la locura saca las castañas del fuego,
resegando lo que crecía sin trasplantarlo a su propia sombra,
a su boca construida con una mandíbula ajena.


Decaído o plegándose, embovedar las alas,
engaviar lo reunido, lo que va a levantarse y a girar bajo la bóveda construida con el peso irreal de las alas,
lo que tiene en su peso su habilidad de esguince,
si el vuelo es esa forma, ese jadeo mezclado a las castañas que están como siempre en el fuego,
reproduciendo la mano del silencio o esperando la mano de la locura que va a sacarlas.
Conquistar los despojos, hacer crujir las brasas,
aspirar ese olor quemado que suelta la sombra, la boca construida con mandíbula ajena.
El silencio que cuida su propia mano (lo que es su sombra, se alarga sin cesar).
Si la reunión está sorda, el silencio no miente,
pero en las castañas que están en el fuego, el intruso aparece a la espectativa.


Imagen: Mía. "Sierra en distorsión", Sierra de Catorce, SLP, México (enero de 2010).

Poemas de Carlos Díaz Dufoo II



Encuentro estos poemas y la historia que entrañan en la Antología del poema en prosa en México, editado por el Fondo de Cultura Económica, en 1993, y cuya selección, notas y estudio preliminar son de Luis Ignacio Helguera.

No debe confundirse a este poeta que presentamos con su padre de nombre homónimo, viajero, periodista, político y escritor modernista, nacido en Veracruz en 1861: su hijo sólo publicó un libro de poemas de prosa (Epigramas) y otro de ensayo (Ensayo sobre una estética de lo cursi); nació en la Ciudad de México, fue amigo de Julio Torri, admirador de Nietzsche y se suicidó en 1932 (el padre muere nueve años después). Textos que se mueven entre el micro cuento, la viñeta, el epigrama y la prosa poética, reflejan un pesimismo nihilista con notable sarcasmo.


*
Un camino infinito que hemos recorrido eternamente. al caminar, con ritmo invariable, vuelven, en sucesión necesaria, las mismas ideas, los mismos paisajes, las mismas tragedias. automáticamente, los mismos problemas se resuelven de la misma manera. En un momento, mil veces repetido, renace la vieja sorpresa que conduce a una vieja desilusión. La carne es de piedra y el hombre se acerca a Dios. --Nunca entraremos en un río nuevo.


*
Cumple un año más. En otra época eso pudo tener importancia. pero ahora, ¿qué importa un año más en el tiempo de un muerto?


*
--¿No habéis sentido la necesidad de escribir en un río?
  --Fuera mejor hacer música.


*
Sysipho era, en tiempo mayores, un personaje mayor. Su trabajo inútil lo ennoblecía el castigo. Su vida era absoluta porque era personal. Era rebelde sin trascendencia social. La inutilidad tomaba en él la significación de una actitud --infinito momentáneo--, y una razón humana de ser. --En los tiempos modernos, Sysipho es un concepto que justiprecia el lector desinteresado de economía política, el de la actividad dolorosa. Sysipho no tiene ya el orgullo del réprobo. El correr de los años --razón de inercia-- lavó su pecado. por movimiento ajeno sigue trabajando, inútilmente sin objeto y sin castigo. --En los tiempos futuros, trabajará sin pena.


Epitafio
Extranjero, yo no tuve un nombre glorioso. Mis abuelos no combatieron en Troya. Quizá en los demos rústicos del Ática, durante los festivales dionisiacos, vendieron a los viñadores lámparas de pico corto, negras y brillantes, y pintados con las heces del vino siguieron alegres la procesión de Eleuterio, hijo de Semele. mi voz no resonó en la asamblea para señalar los destinos de la república, ni en la symposia para crear mundos nuevos y sutiles. Mis acciones fueron oscuras y mis palabras insignificantes. Imítame, huye de Mnemosina, enemiga de los hombres, y mientras la hoja cae vivirás la vida de los dioses.


Imagen: Nota suicida de Sid Vicious, tomada de este blog.