Recuerdos en glifos de espuma sin ánima
cocidos al tiempo —es el alba harapienta
su alfiletero (siniestro
hemisferio de sucia pelota)—
Compre un cántaro y sea niño un instante:
escuche paisajes donde un caracol de sombra canta.
A mitad del arenal se trueca arena,
el pregón golpea de frente igual que un sol vuelto plañido
sin cegar: sólo ladra, solo grazna el pregonero
a un gigante que se niega a ser molino.
Si hubiera ojos aquí, ahora, de muerto o vivo
mirarían la pantomima de eremita
que a puños de cal quiere estragar
el cantil horizontal que escogió para enemigo.
Pero fuera el delirio siempre vértigo:
para ser se ha de sentir después en llagas
cuando en goteo de azogue anega lento
uno a uno el ay de ayer y más hiriente.
Se envate
el viento
en arnés de arena,
cata el goteo
canta y croa ecos
Y de los dinares que su ensalme deja
el pregonero da maíz a sus gorriones
se encala el rostro y nueva pantomima
RSR (D.R.)
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