sábado, 19 de diciembre de 2009

jueves, 17 de diciembre de 2009

Conjuro

Te pido una vez más el sinsentido
de salvar un puñado de instantes
por el alma enferma que cabalga
mis mientes, mis palabras.
Ahíta voz de las vaharadas
divinas, ave enhiesta,
pensil puerilmente de su rama.
Te pido ojo turgente, inmenso,
que habitas toda llama,
el gusano feraz ya presentido
que a mordiscos asesta
sueños a la montaña.
Te pido un augurio macilento,
silente pedimento de paciencia.

RSR (D.R.)

lunes, 14 de diciembre de 2009

A cat with no name




Con este poema de Jorge Luis Borges, saludo la llegada de un nuevo miembro a la selecta comuna que tengo por hogar; lo saqué del motor de un auto abandonado en el que se escondía y desde donde gritaba de hambre y terror. Luego de algunos días, se va reponiendo.



No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.

Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.

Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.


viernes, 11 de diciembre de 2009

A la salú de Lennon

Lo comentaban todos, como en canción de la Santanera. Había muerto John Lennon, el héroe de mi madre, me explicó ella; parte del mundo paría llanto, no hacía falta explicar eso. Hace 21 años de aquello.

No fue el primer disco que pedí me compraran, seguro (era Kiss el grupo de mi infancia, Beethoven también un vicio previo), pero fue especial porque lo quería como el honor hacia un muerto de quien muy poco sabía, sólo que habría de ser para mí un "vivísimo muerto", como escribió Gilberto Owen refiriéndose a Xavier Villaurrutia.

Era una ciudad diferente: en mi barrio, sin ser en absoluto un núcleo de cultura, había en varias esquinas discotecas independientes, distintas unas de otras, no como ahora que cines, tiendas de discos e incluso librerías son cadenas.

Me llevaron a comprarlo ya de noche, al mercado, oloroso a árboles de navidad, refulgente de comida, esferas y heno; atestado de familias ignorantes de que salir, 21 años después, sería un peligroso privilegio.

Era un acetato de 45 revoluciones: de un lado Imagine, del otro Just like starting over.

Como si fuera ayer, siendo otra era. Pongamos la aguja sobre el tornamesa y recordemos.






martes, 8 de diciembre de 2009

Orden de versos con poco cilantro


Lo sé, marchante, salen sin tanto conjugue
en primera persona, tal le placen,
con harta voz pasiva.
Que no haya cónyuge que no se sienta
presentida, en vez de aún ignota-
mente corneada
por palabras grasosas, verecundas

Que no le salte la salsa roja al ojo
ni temblor de labios diletante
ni hambreada juventud prófuga del rastro
con pápalo entre los caninos y molares
perturbe su meñique amanuense

Quede tranquilo, que mis tacos,
como dice su receta
no aspiran a más vida
que el drenaje
y lo que el estipendio dure
y el señor de barba indique
Su tortilla y su sal. Mi propina. Su aplauso.
Su palillo y limón pal hiede.
El que manda es usted, doctor en vísceras.
Usted tan siempre bien acompañado.

(Me gustaban más las aguerridas
perras
de cuando vendía sudados
bajo el puente)


RSR (D.R.)