A los catorce, cuando confesaba mi aversión a ser padre, porque este mundo era una barca (según Calderón de la Mierda), salía el Tarado omnipresente a decirme "espérate a cumplir 30".
Tengo casi 37, el mundo es peor aún y más que nunca soy feliz por cumplir mi palabra y no haberle hecho a nadie la canallada de engendrarlo. El Tarado omnipresente sigue diciéndole a un adolescente lúcido que perderá la lucidez y se hará sus ancestros.
Divinas (no por ello menos heréticas) aversiones.
Pd.I. ¿Lo de Onán era más coito interrumpido y collar de perlas que mera masturbación?
Video: The Marmalade - Reflections Of My Life
No hay comentarios:
Publicar un comentario