Seda los oídos suspirantes, sierpe;
azuce sol de seda los confesionarios,
serpentee la oscuridad,
la danza zurza,
siegue azucenas,
sisea, sesea,
cecea zozobra
suspiros de otras áspides,
silvanos y sátiros.
Haz sibilino:
sustrae ese sol sexto que nos nace;
besos azules las encías rasguean,
siete senderos sestean tus ojos,
astillas hechos,
espejos sucios te asenderean:
hablas y sangras,
secretas secos,
secretos hoscos
sobre el sagrado;
savia escanciada
sorbe segundos
muerdes las brasas
sabe a anestesia
Si
esa presencia
de ser testigo
en juez se alzara
y faz de ceniza
te hiciera preso;
tus aserciones
tan frías, tan mustias,
tus mil palabras
-aves heridas-
peces en llamas
asesinara
seis zopilotes ciscan tus celos
cimbran cencerros sombras ausentes
Silba la luz
las puertas sobran
las fauces ciegan
placenta en olas
rompesilencios
las horas sierran
de incienso teas
tragas el soplo
aspiras cielo
exhalas yescas
Las horas cierran
cesa la voz del confesionario
y se transparenta
en rostro y manos
la piel naciente
sales de sosa
salobres cíngulos
serie de seises
RSR (D.R.)
Saludos
ResponderEliminarLa poesia presa y pesada!!!